Hoy en día no puedes ser un famoso como Dios manda si no veraneas unos días en Ibiza. No existes, directamente. En la conocida isla hemos podido ver a Miguel Ángel Silvestre, que ya es todo un clásico y a mí cada vez me dice menos, haciéndose a la mar en un yate con unos amigos. Luego pasa lo que pasa, que te conviertes en carne de paparazzi y de revista del corazón barata.
Comentarios